Los ritmos de la vida

En la Vida Humana hay cosas muy básicas, como la alimentación. Y también hay elementos rítmicos que no se hacen solo una vez en la vida, sino continuamente.

Uno no se pega una comilona un día para aguantar todo el mes sin comer.

O duerme días enteros para aguantar semanas sin dormir.

No funciona así. ¿Por qué?

Porque hay elementos rítmicos en la naturaleza del hombre. Y esa ritmicidad viene dada, en buena parte, por nuestro planeta. Así, el hombre funciona con la noche y con el día. De alguna forma, lleva ese reconocimiento siempre dentro de sí. Lleva «La Tierra» dentro de sí (base del ecologismo).

Es por ello que está obligado a descansar diariamiente y eso implica un gran ayuno nocturno que muchas veces da nombre a la primera comida del día (des-AYUNO). Es tan universal esa combinación descanso – ayuno que el nombre de esa primera comida (en la que se rompe el ayuno) coincide en su sentido en otros idiomas (break-FAST, petit-deJEUNER…)

La espiritualidad del Hombre y el ritmo

Esto es un cambio de marcha. El hombre es un ser espiritual.

A muchos les gustaría que no fuera así. Pero es indudable. El hombre tiene dos brazos, dos piernas y es un ser religioso. 

No hay cultura humana donde no esté presente el hecho religioso. 

No existe.

Y se reviste de religiosidad el principio y el final de la vida del hombre: el nacimiento y la muerte.

Y es en esa ritmicidad humana (inscrita en nuestros genes) en la que el ángelus cobra sentido. Es, de alguna forma, similar al islamismo donde el muecín llama la oración (al Adhan)

El ángelus es una parada al comienzo del día. Es una parada para dirigirse a Dios.

Rezar Ángelus

Como la figura de María es especialmente amorosa y maternal para los cristianos y como el momento en el que Dios se hizo ser humano es el más importante que nunca han vivido los cristianos, el rezo del Ángelus se basa en esto. Hay una variante del Ángelus -el Regina Coeli- que en la Iglesia se da para resaltar la alegría y la importancia de la Resurrección.

El rezo del Ángelus se produce a las doce de la mañana. Es el momento en el que el sol está en lo más alto y las sombras son mínimas. Algunos ya tenemos un poco de hambre.

Antiguamentey todavía en algunas iglesias de países y sociedades católicas, las campanas de las iglesias anunciaban y anuncian el rezo del Ángelus y, por lo tanto, las doce.

Era un momento de descanso físico y de elevar el alma a Dios.

18000 Ángelus durante la vida

Descontando los años de la niñez y suponiendo 50 años rezando el Ángelus todos los días, los antiguos rezaban la friolera de unos 18000 Ángelus durante toda su vida.

En 18000 ocasiones elevaron sus almas a Dios.

En 18000 ocasiones recordaron las palabras de la Virgen María y su «fiat»

El Papa y el Ángelus

Que el Sumo Pontífice comenzara a rezar el Ángelus con los fieles es una tradición muy reciente, de los años de la posguerra. En aquellos días de la Guerra Fría, en 1954, Pío XII comenzó la costumbre.

Teniendo en cuenta que la edad de la oración supera los 500 años (hay una bula Papal sobre las campanadas y el ángelus de 1327) la cosa se ha cultivado dentro de un carácter intimista.

Pero, al igual que los cultivos se dejan reposar un tiempo antes de dejar que florezcan, ahora el Ángelus es una flor poderosa y resistente a los vientos huracanados del mundo.

Rezar el Ángelus en Compañía

A pesar de los dicho antes sobre el carácter intimista del Ángelus, hay algo placentero en compartir esta crta oración con alguien, recordándola por la alarma del teléfono o por las campanadas del pueblo.

No siempre sucede. A veces uno está solo y se excusa un minuto (que más no lleva) para rezarlo alegremente.

Sin embargo -insistimos- si uno está con alguien con el que comparte la Fe es «hora del Ángelus». Entonces surge un diálogo rezado, donde lo espontáneo no son las palabras sino lo que se esconde detrás de ellas. Porque vivimos en un mundo especialmente obsesionado por no creer en nada que no surga del mismo hombre; pero es en este entorno en  el que dos o más personas creen en un Poder Superior con el que es posible (y casi obligatorio) guardar una relación.

¿Es lo mismo rezar el ángelus cuando estamos enfermos de preocupación que cando estamos tranquilamente satisfechos de nuestro día a día? ¿Es el mismo Ángelus cuando un coche nos salpica un charco y nos deja empapados que cuando nos pillla a unas horas del bautizo de nuestro primer sobrino?

Rezarlo en San Pedro

La ventana desde la que el Sumo Pontífice se asoma para rezar el Ángelus con los fieles no se ve desde todos los lados de la plaza  de San Pedro, por lo que la gente se distribuye según pueda o no visualizar al Papa.

¿Por qué?

Porque hay algo más adjunto a la Santa Oración. Uno puede escuchar el rezo en la radio (lo cual está muy bien) pero hay algo particular en el Ángelus rezado dominicalmente por el Papa: ese Ángelus es un altavoz que resuena en todo el orbe terrestre.

Es por esa capacidad de llegar al mundo -algo de lo que un Ángelus normal carece- por lo que el Santo Padre aprovecha para lanzar un mensaje en su preludio.

Las dos partes del Ángelus dominical en San Pedro

El Ángelus que reza el Papa con los fieles cada domingo tiene dos partes.

En la primera el Papa hace una pequeña reflexión. La mayoría de las veces es un pensamiento que gira en torno al Evangelio de ese Domingo. En otras ocasiones, se resalta un hecho que afecta a toda la población mundial, como una invasión de un país a otro, una crisis humanitaria o la caída de un avión. Al final de esta primera parte el Santo Padre saludo especialmente a los grupos de peregrinos presentes en la Plaza y venidos para el Ángelus.

Posteriormente, el Papa Francisco desea un buen domingo y pide oraciones para él: «rezad por mí»

La segunda partes siempre está presente. La primera parte se omite en misas muy largas, en viajes en avión y en distintos eventos. Pero no la segunda parte, que es el rezo en concreto del Ángelus (pica aquí para la oración). En esos instantes, siempre se repiten las mismas palabras. Aunque con distinto sentimiento en cada ocasión, tal y como se ha dicho más arriba.

Conclusión para rezar el Ángelus

Rezar el Ángelus es una de las mejores cosas que se pueden hacer. Incluso de cara a la educación o simplemente para mostrar que uno es diferente, que reza.

El aprovechamiento interno resulta complicado de explicar, pero se basa en que dirigir nuestra alma a Dios solo puede traer cosas buenas.

De cara a la galería, dos cosas se reconocen:

1. Uno tiene una relación con Dios.

2. Uno reconoce la obediencia a Dios.

Estas dos ideas son magníficas. El mundo puede no reconocerlas. Sin embargo, los que nos aman -esa excelsa minoría- sabrán reconocer y apreciar la diferencia.

Porque rezamos el Ángelus.